Por estos días se dio a conocer la formación de Forja Colón, un espacio político de trayectoria a nivel nacional pero que en nuestra ciudad es muy joven. Tiene como referente a la Dra. Rosana Albisini.
«Quienes constituimos FORJA como partido de la concertación bajo la presidencia de Gustavo Lopez a nivel nacional somos plenamente conscientes del espacio al cual queremos pertenecer y pertenecemos», señala el documento difundido por el sector.
«Somos personas interesadas en que la continuidad histórica del forjismo -en tanto puente entre el radicalismo y el peronismo en la década del 30- hoy sea de tal actualidad que se encuentre abierto a que le integren personas cuyo pensamiento abreve en lo nacional, popular y con pluralidad feminista»
«Tenemos la convicción política de que este es el camino. El de la construcción de un partido político que integre un Frente partidario abandonando los bipartidismos que en este momento geopolítico resultan inapropiados para los desafíos actuales.
Retomar el rumbo de la conciencia nacional -reformulándola en otra que la integra pero que se expande- con la propuesta de unidad latinoamericana como requisito categórico para ser la nación que aspiramos.
Es interesante citar a Jauretche cuando manifiesta en referencia a la labor forjista que …” Fue una labor humilde y difícil, porque tuvimos que destruir hasta en nosotros mismos, y en primer término, el pensamiento en el que nos había formado como al resto del país y desvincularnos de todo medio de publicidad, de información y de acción pues ellos estaban en manos de los instrumentos de dominación, empeñados en ocultar la verdad” (F.O.R.J.A. y la década infame, Jauretche, Arturo Martín) que con tanta actualidad nos continua interpelando.
Así como Jauretche desafió a forjistas a renunciar a doctrinas, a “soluciones” del pensamiento hegemónico con una postura que asimilaba a “andar con el arco y la flecha en medio de ametralladoras y cañones…” , así… desafiamos en esta actual coyuntura de cambio global, a las mismas simbólicas acciones a incorporar desde una mirada de ampliación de derechos el eje transversal que nos proponen luchas actuales; es decir, hacer realidad los derechos de los grupos invisibilizados y subalternizados.
Es que, tal como lo manifiesta la autora Marta Matsushita , la crítica de Jauretche fue demoliendo mitos. Hacemos nuestra tal reflexión.
O como la de Scalabrini Ortiz cuando proponía “desaprender lo aprendido”; también nombrar la “intuición” como fenómeno cognitivo útil y eficaz para aportar remedios concretos a las dificultades concretas que nos vincula a un realismo político como instrumento de análisis inmediato de lo real en el sentido de lo existente.
El aquí y el ahora exige nuevas miradas superadoras, aunque integradoras.
Así como aquellos hombres del forjismo, que por el momento histórico de entonces -por su condición de género masculino- ocuparon todos los espacios incluidos el de las palabras, hoy, todas las personas que constituimos FORJA recuperamos, reescribimos y ocupamos una realidad formal y material que no excluye a nadie en tanto quiera pertenecer a y ocupar un territorio de construcción en esta activa actualidad militante y participativa.
Son tiempos de compromiso. Convocamos a la participación (como lo hicieron en su momento quienes plantaron aquel forjismo) a ser parte de un proceso histórico que nos supera en tanto individualidades; invitamos a todas las personas a ser parte y arte de una conciencia argentina que acompañe el necesario proceso de transformación tal como representó aquella primera intervención del proceso político que sobrevendría y del cual fueron semillas: el protoperonismo que germinó cuando las condiciones históricas fueron posibles.
Sin embargo todas estas similitudes nos obligan a la profundización desde esa intuición vital, alejada de dogmatismos y de propuestas huecas formateadas por el marketin político que pretendió instalarse a modo perpetuo en estos años de des-política.
En definitiva, haber sido “chispas del incendio” en aquella década, hoy nos compromete a mantener el fuego encendido, ese, que nos ilumine y nos dé el calor necesario para continuar tejiendo redes.
Entre todas las personas de buena voluntad que quieran habitar este suelo argentino. «